Passiflora del Botánico

   
 


 

 

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Las Passiflora del Jardín Botánico “Carlos Thays” (Buenos Aires, Argentina)

“La familia Passifloraceae cuenta con 18 géneros y alrededor de 630 especies distribuidas en zonas tropicales y subtropicales de todo el mundo. De estos géneros, 5 crecen en el Nuevo Mundo: 4 son exclusivamente americanos y Passiflora L., con alrededor de 400 especies, es pantropical con especies en el Nuevo y Viejo Mundo.”

(NORMA B. DEGINANI, Las especies argentinas del género Passiflora.
DARWINIANA
39(1-2): 43-129. 2001).
Este artículo se puede descargar de la web. Copie los datos y péguelos en el buscador.

 
¿Qué significa “pantropical”? Esa palabra describe la distribución geográfica de un organismo que se encuantra en las porciones tropicales de todos los continentes.

El género Passiflora está formado por plantas trepadoras, con tallos principales leñosos y ramas secundarias tiernas. Son lo que los botánicos denominan lianas. Como se ve, ‘liana’ no quiere decir ‘el parque de juegos de Tarzán’.
 

Las Passiflora trepan aferrándose al soporte con zarcillos que se asemejan en apariencia a los de la vid. Esos zarcillos nacen en la axila de las hojas, lo cual nos sugiere que provienen de ramas modificadas.

Las hojas son opuestas, pecioladas. El pecíolo puede tener glándulas, y esas glándulas pueden ser lo único que permita distinguir rápido entre dos especies semejantes. Las hojas pueden ser simples o compuestas, pero siempre tienen grandes estípulas foliáceas (que parecen hojas). A menos que tengan estípulas caducas. ¡Aaaghh!


 En el norte y centro de la Argentina, llegando a Buenos Aires en estado silvesre, crece Passiflora coerulea, llamada vulgarmente pasionaria o mburucuyá.


 El epíteto coerulea significa “azul”; se pronuncia “Körulia” en latín clásico y “cherulia” en latín eclesiástico.

Tiene hojas con cinco o siete lóbulos, con grandes estípulas en la base. Los tallos son cilíndricos. Usted se dirá ‘¡No me diga’, o como dicen los americanos, ‘Duh!’. El caso es que hay especies de Passiflora que tienen tallos de sección cuadrangular.

Las flores de P. coerulea son blancas o blanco-verdosas, formadas por cinco sépalos y cinco pétalos, todos de longitud semejante, formando una estrella de 10 puntas. Por encima de los pétalos, la flor del mburucuyá presenta una vistosa corona de filamentos que están coloreados de rojo vinoso en la base, de blanco en el medio y de azul o violeta en el ápice. Los estambres y el pistilo están elevados sobre una columna verdsa, que se denomina androginóforo. O sea: “cosa que lleva el androceo (estambres) y el gineceo (pistilo)”. Los estambres son cinco, con filamentos verdes y anteras amarillas. El pistilo verde tiene tres estigmas capitados (forman una cabecita). Las flores huelen a azahar, pero sólo de cerca.


 Este es el momento de explicar por qué se llama ‘pasionaria’ o ‘flor de la pasión’. Los sacerdotes españoles que estudiaron la flora del “Nuevo Mundo” entre los siglos XVI y XVIII veían en las flores de las Passiflora una representación de los atributos de la pasión de Cristo. La corona de filamentos tiene un parecido evidente ocn la corona de espinas representada por la iconografía tradicional, y a partir de allí no costó mucho identifiar las tres partes del estigma con los tres clavos, las anteras con las cinco llagas, el ginóforo con la columna a la cual fue atado Jesús, y hasta los zarcillos como látigos.


 Los frutos del mburucuyá tienen la forma y el tamaño de un huevo pequeño, cáscara fofa de color anaranjado y semillas rodeadas por una pulpa carnosa y dulce de color rojo. El cáliz persistente se ve en la base del fruto.

En tiempos de la Colonia, las porteñas preparaban dulces y licores con los granos de este fruto. Hay todavía gente que gusta de comerlos, mezclados con azúcar y vino. Se diferencian de los granos de las especies cutivadas en que no son muy jugosos. Tampoco son aromáticos, ni ácidos. En fin, a mí me gusta comer el fruto cuando lo encuentro, pero mucha gente, acostumbrada al maracuyá comercial, lo encuentra soso.

Dejemos esto bien claro: mburucuyá y maracujá no es lo mismo, como se ha puesto de moda decir. Son dos especies diferentes. Como la ciruela y el damasco.

Además, se trata de nombres vulgares. Cuando un argentino dice "mburucuyá", generalmente quiere decir Passiflora coerulea. Cuando un brasileño dice "maracujá", generalmente quiere decir P. edulis. Es para aclarar este tipo de enredo que se inventaron los nombres científicos.

La palabra mburucuyá significa  "trama de moscas" en guaraní.
 

 P. coerulea se cultiva a veces como ornamental (en Europa la consideran planta de invernadero), pero en Buenos Aires y alrededores suele crecer como planta espontánea (silvestre), o a veces subespontánea (escapada de cultivo).


 El maracuyá o granadilla, de cáscara morada o amarilla según las variedades, de pulpa amarilla, ácida, aromática y jugosa, es la Passiflora edulis. La palabra edulis significa ‘que se come’.


 Las hojas de la granadilla son grandes (55-110 mm de longitud), trilobadas, con glándulas en el margen y en la base de la lámina foliar. Las flores son blancas, más grandes que las del mburucuyá, con la corona granate en la base y el resto blanco, rizado. De cerca, huelen ligeramente a clavel. Esta especie crece en el noreste de la Argentina, aunque en Buenos Aires se puede cultivar bien como ornamental. Se diferencia en seguida del mburucuyá porque las hojas tienen sólo tres lóbulos anchos, anchamente acuminados.


 


 No hay que confundir la granadilla con el mburucuyá hoja de mora, Passiflora morifolia, que tiene hojas trilobadas de consistencia papirácea (en vez de coriácea). Esta especie tiene una flor semejante a la de P. coerulea, pero con la corona menos matizada. Los pequeños frutos violáceos contienen una pulpa anaranjada, que según los cultivadores que la han probado, no es comestible, o por lo menos no es agradable.


Otra especie del noreste argentino, que se cultiva como ornamental por sus extrañas hojas (dos lóbulos amariposados) es el mburucuyá colorado, Passiflora misera. Las flores son pequeñas, blancas, con una corona rala, de filamentos blancos y largos.  El fruto es pequeño, rojo y no comestible.







Capullo cerrado.

En América tropical, llegando hasta Misiones en estado silvestre, crece una especie de fruto amarillo comestible, pero cultivada sobre todo como ornamental: P. alata. Esta especie tiene el tallo cuadrangular, con los ángulos ligeramente prolongados (tallo alado). Las hojas tienen lámina entera y uno o dos (raramente tres) pares de glándulas en el pecíolo.


Las flechas indican las glándulas del pecíolo.


 En años recientes, se ha comenzado a cultivar como ornamental por sus grandes flores rojas, con la corona variegada de blanco y violeta.


 De las especies con fruto comestible, la de mayor tamaño es la badea, parcha o tumbo gigante (Passiflora quadrangularis). En Haití la llaman grenadine.

La planta es muy semejante a P. alata, pero los pecíolos de las hojas tienen casi siempre tres pares de glándulas. Las flores rojas o malvas son semejantes a las de P. alata, pero la corona tiene filamentos muy largos, con la porción terminal blanca y rizada, tan larga como los pétalos. Este carácter, sin embargo, no parece ser muy constante; hay documentos que muestran flores con una corona semejante a la de P. alata. Es posible que los filamentos se rompan, por ejemplo, al manipular la planta para cosechar los frutos, o por acción de los polinizadores. El fruto verde claro puede medir hasta 30 cm de longitud y se dice que es el de mayor tamaño dentro del género. Se dice que cuando cae de maduro se rompe, y por eso se recomienda ir cosechando los frutos a medida que maduran.

El nombre “badea” es interesante porque es una acepción nueva de un antiguo vocablo español, e inclusive foram parte del vocabulario cervantino.


Así acomete mi amo a una aventura, como un muchacho goloso a media docena de badeas, exclama Sancho Panza. Los anotadores nos dicen que las badeas eran sandías de mala calidad.

El híbrido P. alata x P. quadrangularis ha sido descripto como P. decaisneana y a menudo se vende como P. quadrangularis en los viveros europeos. (https://www.passionflow.co.uk/p-alata-comparison-id/)


(Esta es información adicional; por desgracia, no hay P. quadrangularis en el Botánico.)

En el Jardín Botánico se ha adaptado muy bien una especie de América Central, Passiflora rubra, que no se debe confundir con el mburucuyá colorado antes citado. Las hojas son aterciopeladas, de un verde muy claro; en
invierno algunas se vuelven amarillas. Tienen dos lóbulos anchos y redondeados.



Las pequeñas flores blancas son como dos estrellas de cinco puntas de
diferentes tamaños, superpuestas. Eso es porque los pétalos son más cortos que los sépalos. La corona es ligeramente rosada en la base de los filamentos.





En esta foto de un capullo cerrado se ve el exterior de los sépalos, lanoso o, como dicen los botánicos, pubescente.

El fruto es pequeño, lanoso, rojo en la madurez, seco y dehiscente (se abre para liberar las semillas). La mariposa “espejito” (Agraulis vanillae) se desarrolla sobre esta planta como sobre las especies autóctonas.



 Passiflora suberosa tiene hojas con tres lóbulos agudos, el del medio mucho
más largo que los laterales. Las hojas jóvenes tienen un tinte morado.




Las flores son pequeñas, en forma de estrella de cinco puntas, porque sólo tiene sépalos; los pétalos faltan.


El exterior de los sépalos es rojo y brillante, de manera que los capullos parecen ajíes en miniatura. Esta especie da flores en pequeñas inflorescencias. Los frutos son esféricos, muy pequeños, violáceos al madurar, no comestibles.




Con tres lóbulos cortos y edondeados, P. elegans, que crece silvestre en Misiones y Corrientes. Los frutos amarillos, de no más de 1 cm de diámetro, estallan al oprimirlos. De ahí el nombre “maracujá de estalo” (estallido) que le dan en Rio Grande do Sul (Deguinani, op. cit.)


 







Por fin, en el Jardín Botánico se mantiene una planta de lo que en Paraguay llaman mburucuyá morotí (blanco), P. capsularis, una especie autóctona bastante extraña, con hojas de dos lóbulos agudos, divaricados
(divergentes). La flor tiene corona blanca, el fruto es marrón rojizo con costillas violáceas, sin pulpa.








Todos los amigos del Jardín Botánico "Carlos Thays" esperan que la colección de Passiflora se vaya agrandando con el tiempo. Recuerde que el Botánico tiene su propia página web, en donde pueden estar seguros de encontrar sugerencias para el tiempo libre. 

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Adriana OLIVA - Doctora en Ciencias biológicas

Ex Investigadora del CONICET
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